domingo, 30 de junio de 2019

La herencia del día de muertos, Catrina y la Santa Muerte



Antes de la conquista española, los aztecas, dedicaban la mayor parte del mes de agosto a su diosa de la muerte, Mictecacihuatl.
como parte de la supresión generasl de la religión indígena, la iglesia católica exorcisó a Mictecacihuatl y trasladó la fecha para que coincidiera con el día de todos los Santos (1 de noviembre), que también es conocido en México, como el día de los inocentes, ya que se centra en los bebés fallecidos y los niños, y día de los difuntos (2 de noviembre), que se centra en los adultos difuntos.  Las visitas al cementerio por traer ofrendas a los muertos, como velas, flores y comida, son comunes, junto con las ofrendas dejadas en altares caseros, y acompañan las celebraciones más festivas que incluyen las llamativas calaveras de azúcar, que se han convertido en un familiar ícono, de la tradición. Inscrita con el nombre de un familiar fallecido, los cráneos se comen como un recordatorio de que la muerte no es un final amargo, si no más bien una dulce continuación, de los ciclos naturales de la vida.
Nacida alrededor de 1910, de la pluma del famoso ilustrador mejicano José Guadalupe Posada, calavera catrina, es otro esqueleto que se ha vuelto central para la identidad cultural de México.
como una caricatura satírica creada para burlarse de clases altas mejicanas del siglo XX, Catrina lleva una semejanza notable a las imágenes de Carmen Romero Rubio, la segunda esposa de Porfiro Díaz, cuya presidencia turbulenta fue uno de los principales objetivos de la sátira mordaz de Posada.
Hoy sigue siendo un icono importante de la identidad nacional mejicana.
La cultura de Méjico no está sola en el recuerdo de la muerte, pero es única en como la recuerdan, la mayoría de veces estas conmemoraciones, son más festivas que sombrías. Ya sea bajo la guadaña de la Santa Muerte o con la elegante imagen de la calavera Catrina, la muerte desempeña un papel central en la vida cotidiana de los mejicanos, y sigue ofreciendo una imagen potente para los ciclos inevitables de la vida, todo con un sentido del humor y una fortaleza, que toma las duras lecciones de la muerte y las acepta con una plenitud que sorprende a aquellos que no están familiarizados con estas tradiciones.
a nivel personal, la muerte se combierte en una imagen de renacimiento y de renovación, mientras que en la cultura más amplia las imágenes y prácticas asociadas con estas tradiciones, mantienen viva la memoria de la turbulenta historia de la nación. Para una nación, con clases sociales tan dispares y distantes entre ricos y pobres, la muerte también se convierte en el gran igualador, donde incluso el multimillonario Carlos Slim finalmente, sucumbe a la nivelación de la guadaña de la Santa Muerte. Como dicen en México, la muerte es justa y pareja para todos ya que todos vamos a morir.
para muchos esta verdad inalterable proporciona una fuerte razón para celebrar la vida mientras todavía haya tiempo.
ahora sabemos cierto, que la Catrina y la Santa Muerte, no son la misma personificación.



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